sábado, 15 de mayo de 2010

martes, 11 de mayo de 2010

Conocimiento e información dos sociedades encontrados

Autor: Henrry Andarcia
Es un hecho que este nuevo paradigma de sociedad se constituye de facto como el fundamento del desarrollo económico, político y social del siglo XXI. En un proceso que se realimenta a sí mismo, las nuevas tecnologías facultan a la sociedad en el manejo de grandes volúmenes de información, las cuales, a su vez, generan más conocimiento en un círculo virtuoso ascendente de progreso.
En los últimos tiempos, el mundo en constante y vertiginoso avance en todos los campos del saber, le plantea al hombre la necesidad en estar permanentemente preparado para dar respuestas a las nuevas demandas que aparecen. Este hombre, que es el causante de este dinámico proceso, que nunca se detiene y que tiende a incrementarse, es el principal afectado; ya que él mismo muchas veces se encuentra superado para acompañar los permanentes cambios en cuanto a conocimiento e información.
El conocimiento debe distinguirse de la información. Poseer conocimientos, sea en la esfera que sea, es ser capaz de realizar actividades intelectuales o manuales. El conocimiento es por tanto fundamentalmente una capacidad cognoscitiva en cambio la información, es un conjunto de datos, estructurados y formateados pero inertes e inactivos hasta que no sean utilizados por los que tienen el conocimiento suficiente para interpretarlos y manipularlos. Esta diferencia asume todo su sentido cuando nos interrogamos acerca de las condiciones de reproducción del conocimiento y de la información. Cuando la reproducción de la información sólo cuesta el precio de la copia, es decir, casi cero, (gracias a los medios modernos), la reproducción del conocimiento cuesta mucho más puesto que lo que se debe reproducir es una capacidad cognoscitiva, difícil de explicitar (ya que "se sabe más de lo que se puede decir", Polanyi, 1966) y de transferir de un individuo a otro. Durante mucho tiempo la reproducción de los conocimientos utilizó, por consiguiente, principalmente el sistema del "aprendizaje con el maestro" (el joven aprendiz mira, escucha, imita y forja así su capacidad), así como el sistema de relaciones entre personas de una misma profesión o de una misma comunidad de procedimientos. Estas formas de reproducción del conocimiento siguen constituyendo, por lo demás, la clave de numerosos oficios y tradiciones. Con todo, se pueden poner en peligro cuando ciertos vínculos sociales se debilitan, el contacto entre generaciones se rompe, en resumen, cuando las comunidades profesionales ya no asumen esas funciones de memorización y de transmisión de saberes. En estos casos la reproducción del conocimiento ya no produce efecto y el olvido y la pérdida de saber son inminentes.
La velocidad de los cambios no siempre es la misma; si no todo lo contrario, varía constantemente. Además de la variación de la velocidad, lo que se produce son los cambios en las aceleraciones de las modificaciones; es decir: hay como impulsos que en determinados momentos se dan, cuando por ejemplo, aparece algo nuevo. La velocidad del cambio asusta, pero no queda otra salida que estar preparado para reaccionar positivamente; ya que es parte de los tiempos que vivimos.
Otros cálculos nos dicen que más de la mitad de la información que hoy se dispone por toda la humanidad se ha logrado en el último medio siglo, considerándose que una persona que vivió hace doscientos años lograba en toda su vida menos información que la que hoy obtiene con la lectura del diario de un día.
El sorprendente crecimiento del conocimiento, que puede simbolizarse como una explosión del mismo, está mostrando la dimensión de las investigaciones que están realizándose en todos los campos. El sociólogo Daniel Bell, ha expresado que la revolución en el campo de las comunicaciones indica la llegada de una verdadera sociedad postindustrial, en la que la información y el conocimiento sustituyeron al capital y el trabajo.
Estamos en presencia de una nueva revolución industrial, que es la Revolución del Conocimiento; pero a diferencia de la primera lo vital no son las máquinas, sino las personas. Ha de tenerse en consideración que el conocimiento enriquece a los países, pero la explosión de datos e información no es la explosión del conocimiento.
Los datos e información, que nos llegan a través de diferentes medios, tales como diarios, revistas, libros, televisión, Internet, no son sinónimos de conocimiento. El proceso individual de entendimiento es el que permite pasar de los datos e información al conocimiento. Hay que aprovechar la información, sabiendo pensar, teniendo la capacidad para analizarla, seleccionarla, depurarla y transformarla o adaptarla luego en conocimiento.
Cuando se dice sabiendo pensar, hay una etapa previa que es aprender a pensar, y en consecuencia aprender a aprovechar la información y por consiguiente aprender a transformarla o crear conocimientos. En general, para poder pasar de la información al conocimiento, se requieren “conocimientos”.
A nivel individual son muchas las personas que no alcanzan a utilizar la información que requieren o les conviene. En las empresas y en las organizaciones en general ocurre algo similar, ya que no siempre se es capaz de utilizar a la información como el arma apropiada para competir. Parecería que frente a la cantidad inconmensurable de información masiva, se apabullan sin lograr ordenar, depurar o decantar la que realmente se necesitan.
Con vinculación a la educación, cabe expresar que se le concede un exceso de atención, trascendencia o importancia al uso de Internet como elemento para acceder a la información internacionalizada. No debemos confundirnos entre lo que es el acceso a la información, con respecto a los requerimientos, habilidades y destrezas que hacen al aprendizaje y al genuino y auténtico saber.
Uno de los planteamientos actuales es que frente a tal cúmulo de información que nos llega a diario, es difícil distinguir lo verdadero de lo falso. El sistema vigente de comunicación puede llegar a transformar el propio concepto sobre que es verdad o cierto. Ante tal situación cabe la pregunta: ¿Que es verdadero y que es falso?. Es de señalar también, que ante tanta información se hace muy dificultoso saber que es útil para cada uno; ¿que es lo que nos conviene?, ¿que es lo que nos sirve?, ¿para que y como la vamos a utilizar? Muchas veces nos sentimos angustiados al no poder consumir o recepcionar toda la información que se nos oferta, pues pensamos que si no la consumimos nos estamos apartando del conocimiento y de la cultura.
En tal sentido una cosa es conocimiento y otra es información.